Recuerdo la mesada de la cocina de mi abuela llena de frascos de distintos colores y tamaños cuando preparaba mis galletas favoritas.
Tenía un frasco de azúcar, otro de polvo para hornear, y uno más con chocolate rallado, cada uno con una etiqueta grande, para no confundirlos entre sí, y llenos hasta el tope, para que no faltara nada. Solía pedirme que leyera las etiquetas y sus cantidades:
- Chocolate: frasco con 250 gramos
- Azúcar: frasco con 500 gramos
- Polvo para hornear: frasco con 100 gramos
Entonces, ¿cada frasco podría ser una variable? Si, por supuesto. La abuela va a usar los ingredientes, y las cantidades van a cambiar.
Al terminar al frasco de chocolate le quedan 100 gramos, el de azúcar quedó lleno hasta la mitad y de polvo para hornear sólo usó 20 gramos.
Entonces calculemos cuanto quedó de cada uno:
- Chocolate: 100 gramos
- Azúcar: 250 gramos
- Polvo para hornear: 80 gramos
Las cantidades de los frascos variaron, algunas más otras menos, siguiendo la receta, entonces, puedo decir que son variables. Y ahora puedo disfrutar de unas ricas galletas.